Las máquinas inteligentes ya no son una perspectiva del cine futurista, están en nuestro presente y están definiendo nuestra era. Hay varios tipos nuevos de máquinas y software disponibles que se conocen colectivamente como bots.
Estos son programas de computadora que simulan una conversación humana a través de comandos de voz, de texto o ambos.
Debido a la tendencia de estos programas en todos los sectores, grandes especialistas como Elon Musk han pronosticado que la singularidad tecnológica llegará antes de lo previsto.
La singularidad tecnológica hace referencia a un período donde el desarrollo tecnológico sea tal que los robots, ordenadores, máquinas, etc. serán capaces de mejorarse a sí mismos y de forma recurrente, llegando a desarrollar súper ordenadores o súper robots, muy superiores a nuestra capacidad intelectual y física, y que probablemente puedan controlarnos.
Los nuevos programas como los basados en reconocimiento de imágenes, la generación de lenguaje natural, el reconocimiento de voz y la síntesis de texto a voz están impulsando el viaje de la humanidad hacia la singularidad tecnológica. Pero veamos de dónde viene y hacia dónde va la creación de estos programas conversacionales, conocidos como chatbots.
Los chatbots no son una idea nueva. El primer programa que simulaba una conversación fue ELIZA, creado por el profesor del MIT Joseph Weizenbaum en la década de 1960. ELIZA opera reconociendo palabras clave o frases para reproducir una respuesta usando esas palabras clave de respuestas preprogramadas.
Por ejemplo, si un humano dice que 'Mi madre cocina buena comida'. ELIZA tomaría la palabra 'madre' y respondería con una pregunta abierta: 'Cuéntame más sobre tu familia'. Esto creó una ilusión de que el programa podía comprender e interactuar con un ser humano real, a pesar del proceso mecanizado.
El guion demostró tener un impacto significativo en el procesamiento del lenguaje natural y la inteligencia no natural, con copias y variantes que sobresalen en las academias de Estados Unidos. Sin embargo, Weizenbaum estaba preocupado por la reacción de los usuarios. Su intención era probar este programa por mera curiosidad y entretenimiento, pero pronto los usuarios comenzaron a tener pensamientos profundos sobre ELIZA, estimando que rápidamente sería más inteligente que los humanos (la singularidad tecnológica).
Pero Weizenbaum rechazó la noción de que las máquinas pudieran reemplazar el intelecto humano; argumentando que tales dispositivos eran solo herramientas y extensiones de la mente humana. En las décadas siguientes, los creadores de chatbots se han basado en el modelo de Weizenbaum, luchando por interacciones más similares a las humanas.
En 1972 llegó PARRY, creado por el psiquiatra estadounidense Kenneth Colby. Era un programa conversacional que imitaba a un paciente con esquizofrenia, en un intento de simular el comportamiento de la enfermedad. En otras palabras, era un programa basado en procesamiento de lenguaje natural que se asemejaba al pensamiento de un individuo.
Kenneth Mark Colby pensó que una computadora podía contribuir a la comprensión de las enfermedades mentales con esta máquina. Así comenzó el proyecto "Overcoming Depression" que duró hasta su muerte en 2001.
Pero no fue sino hasta 1994 cuando a este tipo de programas se les llamó "Chatterbot". Por esa época también fue creado el bot Dr. Sbaitso, uno de los primeros esfuerzos para incorporar IA en un chatbot y es reconocido por su programa de chat completo operado por voz. El programa conversaba con los usuarios como si fuera su psicólogo, con respuestas como “¿Por qué te sientes así?”.
Luego en el 95, Richard Wallace, creó ALICE. A diferencia de Eliza, el chatbot ALICE pudo utilizar el procesamiento del lenguaje natural, creando una conversación más sofisticada. Pero lo que realmente lo hizo revolucionario, fue que estaba basado en código abierto. Los desarrolladores podrían usar AIML (lenguaje de marcado de inteligencia artificial) para crear sus propios chatbots con tecnología ALICE.
Posteriormente se fueron creando bots más sofisticados como JABBERWACKY, con el objetivo de “simular el chat humano natural de una manera interesante, entretenida y divertida”, o MITSUKU, que contiene todos los archivos AIML de Alice, con muchas adiciones de conversaciones generadas por el usuario, y su trabajo sigue en progreso hasta el presente.
En el 2001 se creó SmartChild, que se considera el precursor de Siri. Era un chatbot disponible en plataformas conversacionales como AOL IM y MSN Messenger con la fuerza para llevar a cabo conversaciones divertidas con acceso rápido a datos a otros servicios. Años más tarde, Microsoft también construyó su propio SmarterChild.
En el año 2009, una empresa llamada WeChat en China creó un Chatbot más avanzado. Desde su lanzamiento, WeChat tiene una plataforma de redes sociales próspera y alto grado de fidelidad. Fue la primera plataforma de generación de chatbots que abrió el panorama para el desarrollo de uso comercial de estos aplicativos. Ahora, empresas de tecnologías se centrarían en desarrollar o bien chatbots robustos o bien plataformas para diseño personalizado de chatbots para sus clientes diversos.
Los bots surgieron de la curiosidad informática y el deseo de que las máquinas pudieran conversar (o al menos simular una conversación) con humanos a través de textos. Pero con el paso de las décadas se fue conociendo el potencial comercial que tenían estos sencillos programas. El paralelo desarrollo de la Inteligencia Artificial, los programas basados en la nube y la automatización en general, han convertido a los chatbots en un programa computacional imprescindible en nuestra era.
En la última década, las aplicaciones de mensajería como WhatsApp, Facebook Messenger, Slack y Telegram, tienen altos índices de uso a nivel mundial. A las personas les encanta chatear bien sea con amigos o con sus marcas favoritas. Cuando se descubrió que los chatbots podrían integrarse perfectamente con estos canales de comunicación, su popularidad aumentó súbitamente.
Paralelamente, en 2010 madura la idea de los asistentes virtuales con Siri, de Apple, un asistente personal inteligente y un navegador de aprendizaje que utiliza una interfaz de usuario de lenguaje natural. Siri allanó el sistema para todos los bots de IA y PA después de eso.
A principios de 2016, vimos la introducción de la primera ola de tecnología de datos artificiales en el diseño de chatbots. Las plataformas de redes sociales como Facebook permitieron a los desarrolladores crear un chatbot para su marca comercial o servicio, de modo que los clientes pudieran realizar algunas de sus acciones diarias desde dentro de su plataforma de mensajería.
Es decir, las personas ya no solo podían charlar por curiosidad con un programa informático. Este programa informático podía ahora proporcionarles respuestas con valor comercial o ser de ayuda en algunas tareas.
Fue entonces cuando los chatbots llegaron para quedarse. La interfaz conversacional en el presente es una solución para empresas de todos los tamaños. Los usuarios no necesitan navegar por horas en internet para encontrar ayuda o respuesta ante algunas tareas. Los chatbots contemporáneos pueden:
Esto, a nivel comercial, pero mientras tanto, los asistentes inteligentes como Siri han evolucionado en la última década y ahora incluye una integración más profunda con archivos de audio, video e imagen. Además Apple destaca que su Siri podría realizar tareas actuales sin que el usuario tenga que chatear en voz alta. Eso podría ser útil en varias esferas públicas.
Paralelamente han surgido otras interfaces de conversación sofisticadas en la última década. Hablamos de Google Now (2012) que puede responder preguntas, realiza acciones a través de solicitudes realizadas a un conjunto de servicios web y hace recomendaciones.
De Cortana (2014) de Microsoft que utiliza reconocimiento de voz y algoritmos relevantes para obtener y responder a comandos de voz. Y de Alexa (2014) integrado en dispositivos como Amazon Echo, Echo Dot, Echo Show y más; un sofisticado dispositivo de búsqueda y asistencia por voz.
En los últimos años, ha habido un crecimiento exponencial de herramientas para diseñar, simular, construir, implementar, administrar y monetizar chatbots. Con estas interfaces tan sofisticadas, los expertos y usuarios en general, tienen grandes expectativas de futuro.
Como ya lo han revelado los asistentes por voz como Alexa, muy pronto los bots no tendrán necesidad de una pantalla o un mouse. La interfaz será completamente conversacional, y es muy probable que esas conversaciones sean indistinguibles de las que sostendríamos con un humano.
Ahora mismo los chatbots están en todas las industrias, pero los expertos pronostican que en poco tiempo nos ayudarán en todo: desde pedir un taxi hasta solucionar problemas legales. Los patrones de respuestas se perfeccionarán tanto que no sabremos si estamos hablando con un programa o con una persona real.
Sin embargo, muchos le temen a la llamada singularidad tecnológica, pues se cree que en este período los bots sabrán incluso lo que pensamos y podrán anticipar nuestras acciones. Aprenderán más de nosotros, que nosotros de ellos. Según Elon Musk cofundador de OpenAI y CEO de Tesla Motors, la singularidad tecnológica llegará en el año 2025 y debemos prepararnos para ello.